viernes, 28 de enero de 2011

Para que no erosiones las rocas del acantilado.

Uno enfrente del otro, vuestras miradas se clavan, se conectan, veis vuestro reflejo en la pupila del otro. Como un imán, tú la acercas a ti con los brazos y la abrazas. Necesitas sus abrazos este día más que ningún otro, y ella nunca te los negaría, va a estar ahí para decirte como ve esta complicada vida. Podéis pasaros así la eternidad, abrazados. Y en ese abrazo, ella percibe tu entrecortada y nerviosa respiración. Oye tus rápidos latidos y los suyos, serenos. Y latidos y respiraciones se mezclan formando una melodía llena de vida. Necesitabas relajarte. Aún en un abrazo, ella empieza a respirar profunda y lentamente. Expirar. Inspirar. Y tu agitada y torpe respiración se acompasa a la de ella. Tus latidos adquieren la paz que desprenden los suyos, hasta que llegais a ser un único cuerpo que respira y late uniformemente, marcando un compás establecido. Así la arena consigue frenar la agitación y la fuerza de la marea, para que se esfume la espuma que traen las olas y no choquen con fuerza contra las rocas.

sábado, 31 de julio de 2010

Tus gotas en mis pestañas.

Siempre has creído que llorar era de lo más embarazoso. Perdóname por no pensar así, llorar es la acción más bonita del mundo, y lo digo dejando atrás el hecho de que esto lo escribe una llorona e m p e d e r n i da. Los primeros gestos que realizaste al nacer fueron llorar y sollozar. Las lágrimas son la reacción más clara de vida. Si no lloras, no sientes, no vives. La lluvia de tus pestañas indica humanidad y sinceridad con uno mismo. Los hombres se avergüenzan de llorar, y la verdad, no los entiendo; es como si se avergonzaran de vivir, de ser ellos mismos. Además, ¿nunca has conseguido una gominola o un capricho poniendo ojos de corderito degollado? Yo todos los días me cruzo con este ejemplo, y siempre acabo dándole la gominola, el helado  y/o el juguete que quiere. Sentimos cierta debilidad ante unas lágrimas y unos pucheritos; a veces, incluso se siente lástima. La lástima te hace compadecerte de ése dolor que tengo yo y tú no. Para sentirlo en su totalidad tenemos que cruzarnos con una persona empática. Cruzarte con esa persona es lo más maravilloso que te pueda ocurrir, porque apenas existen, y a la vez doloroso, porque sentirá exactamente lo mismo que tú, y si la estimas, no querrás verla sufrir como ella te ve a ti.

El que no te importe que te vean llorar significa la aceptación de uno mismo, la transparencia, la no-vergüenza propia, la madurez. Llorar es tan necesario como respirar (o más). Guardarte tus emociones adentro, quedártelas como si de un cofre de oro se tratara, finalmente provoca en ti un estallido que viene acompañado de rabietas, sollozos, lagrimones y mal humor. Y la mayoría de veces, acabas por pagarlo con quién menos se lo merece e intenta ayudarte de todo corazón. A este grupo de gente es el que no debes dejar escapar, porque, aunque ni siquiera ellos lo sepan, te quieren.

Dejando los sentimentalismos a un lado, solo me queda decirte que, aunque nunca te creas lo que mis ojos no se callan, quiero enseñarte a leer miradas y ojos mojados. Ven, no te enjugues esas lágrimas; vamos a llorar j u n t o s .

jueves, 17 de junio de 2010

Cambio de aires.

Y ahora, tras algún encuentro casual y varias conversaciones sinsentido, he dejado de obligarme a saber de ti todos los días. Si apareces, bien; sinó, soy capaz de vivir y sobrevivir. Nadie es imprescindible, por ello, no te voy a considerar la excepción a esa regla. Me abstengo a decidir si quiero sobresaltos o no, he preferido no planearte. Mi estado de pasotismo es tal que, ya nada me puede fascinar y es porque mi sentido se ha visto nublado sin una causa aparente.
Y ahora, con esta posible distorsión de la realidad y con tanta tranquilidad y calma como la que las montañas proporcionan, me despido de los exteriores de siempre y saludo a mi nueva forma de volar.

viernes, 26 de febrero de 2010

CinemaParadiso

Las de ojos azules son las más dificiles hagas lo que hagas no consigues nunca que sean tus amigas.
Cuanto más insite el hombre más profundas son las huellas, y si además está en medio el amor sufre porque sabe q está en un callejón sin salida...

lunes, 22 de febrero de 2010

Un contrasentido.

Buenos diás mundo. ¿Me haces un regalo hoy? Me gustaría levantarme de la cama y encontrarme una rosa. Roja no. Blanca. Pura. Para escribir en ella como si fuese una página nueva. Una rosa dejada por alguien que piensa en mí y a quien todavia no conozco. Lo sé. Un contrasentido. Pero me haría sonreír. La cogería y me la llevaría al instituto, La dejaría apoyada en el pupitre, sin más, sin decir nada. La dejaría allí toda la mañana. 
Después, a última hora, arrancaría uno a uno los pétalos y, con un rotulador azul, escribiría letra a letra, una sola en cada pétalo, la frase de aquella canción tan bonita: "Entre los obstáculos del corazón hay un principio de alegriá que me gustaría merecer...", y después tiraria los pétalos por la ventana. El viento se los llevaría. Podía ser que alguien los encontrase. Que volviese a ponerlas en orden. Que leyese la frase. Y que me viniese a buscar. Él quizá. Ya. Pero, ¿quién es él?