lunes, 18 de enero de 2010

Un día ahí arriba, veinte minutos después, te encuentras en un pozo, que no sabes si tiene fondo o no. Solo puedes percibir oscuridad. Solo toca esperar y esperar para volver a subir, para volver a estar en una efímera felicidad, en un efímero estado de animo en el cual te sientes bien. Y no lo puedes evitar, el ser así.

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