domingo, 4 de octubre de 2009

Snow.


Y después, pluf, precisamente como la nieve, también este recuerdo se deshace. No hay nunca un porqué para un recuerdo, llega de repente asi, sin pedir permiso. Y nunca sabes cuándo se marchará. Lo único que sabes es que lamentablemente volverá. Aunque por lo general son instantes, Y ahora se como hacerlo. Basta, con no detenerse demasiado. En cuanto llega el recuerdo, hay que alejarse rapidamente, hacerlo sin concesiones, sin enfocarlo, sin jugar con él, sin hacerle daño. Asi mucho mejor. Ahora ya se ha pasado. La nieve se ha desecho del todo.

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